8.04.2005

Tropical Malady

Se suele caer en el lugar común de decir que "cierta película es en realidad dos películas"; pero Tropical Malady hace de tal comentario una obligación. Sucede que cerca de la mitad del metraje los hilos narrativos comienzan a atarse seguidos de una pantalla que se va a negro y que se queda así por varios segundos; para luego comenzar a contar una historia casi totalmente distinta; donde el supuesto nexo parece una cuchufleta cruel a la idea de que una historia debe ser conexa siempre.

La película de Apichatpong Weerasethakul maquina el mejor plan para llevar a cabo con éxito una radicalidad: enfrentantarla cara a cara a un costumbrismo y una vez pasado un rato, de golpe retirarlo del duelo y dar rienda suelta a la ambiguedad.

Así se produce la rebelión interna en lo que se supone es "una sola" película; las zonas de incertidumbre aniquilan a los de verdades transparentes haciendo de la pieza una masa orgánica y de núcleos múltiples.

Tropical Malady se permite a sí misma ser una película que no responde.