8.06.2005

2046 Lo mas profundo es la superficie



Nuevamente Won Kar Wai replantea la profundidad de la superficie melodramática con su último filme 2046. Si el drama busca desesperadamente la complicidad del sentido el melodrama en cambio se instala en la fragilidad melódica de la seducción material. Desde sus primeros filmes Won Kar Wai ha ido desplazado su obra a los límites imprecisos de la abstracción fílmica, camuflada en ocasiones como filme noir como en Fallens Angels o en filme de combate en Ash for time, en ambos casos el resultado no era el esperado por los seguidores de ambos géneros sino deliciosos productos híbridos que lograban establecer insospechadas conexiones entre Jean Pierre Melville y su silente samurai sicario con aquel astuto Luc Besson del Profesional en donde lee con soltura envidiable al asesino de Melville con la Gloria de Cassavetes y las operaciones de experimentación del soporte que tanto gustan a JL Godard con los mejores momentos, en donde la fascinación melómana cedía desvergonzadamente y por lo tanto placenteramente, de los olvidados melodramas de Leos Carax.

2046 es un nuevo ejercicio de reapropiación de algunos de los ejes fundamentales del imaginario melodramático del estilo hollywood de los 50 con formato technicolor y su tendencia manierista que desplazo las operaciones del periódo clasicista de los 30 y 40 otorgandole un mayor grado de inestabilidad a sus puestas en forma e insertandolo en un complejo proceso de irrealidad mediante la creciente tensión entre una imagen descentrada y la tensión con su nueva especialidad como por la creciente saturación del color que le otorgaba una dimensión predominantemente pictórica – de marcado énfasis en el diseño de sus encuadres – y densamente sonoras por la división del sonido en diversas capas con intención de provocar una mayor profundidad sonora.