8.24.2006

Transamérica

El Festival Internacional de Cine de Santiago 2006 [SANFIC] ha sido una interesante oportunidad para revisar, agrandes rasgos, el panorama cinematográfico de los último años a nivel internacional. Entre los estrenos que se presentaron este año, cabe destacar la comentada película norteamericana Transamérica [USA, 2006], escrita y dirigida por Dunkan Trucker.


Se trata de la historia de Bree [Felicity Huffmann], una transexual que esta a días de someterse a una operación de reasignación sexual, mediante la cual pasará a ser una mujer desde el punto de vista genético. Pese a tener una formación universitaria, Bree vive en un modesto barrio de Los Ángeles y tiene dos trabajos que le han permitido ahorrar el dinero suficiente para sufragar los gastos que implica esta ansiada operación. De pronto, recibe una llamada desde una cárcel de Nueva York preguntando por el padre de Toby [Kevin Zegers], un adolescente encarcelado por tráfico de drogas. Consternada, Bree descubre que Toby es el fruto de una esporádica relacional heterosexual que mantuvo en su época universitaria, cuando aún era un hombre. Bree intenta ignorar esta situación y seguir concentrada en su operación. Sin embargo, su terapeuta al enterarse de esta situación, le sugiere que enfrente su pasado y condiciona el permiso legal para autorizar su operación al encuentro con Toby. Bree va a buscarlo a Nueva York y emprenden juntos un viaje de regreso a Los Ángeles, un viaje donde ambos se irán descubriendo en sus debilidades, sus frustraciones y sus emociones.

La película pretende contar una historia de un modo secuencial. Dunkan Trucker dice que decidió filmar Transamérica como una road movie, pues pretendía contar la historia de un padre y un hijo con el telón de fondo de una América y sus americanos comunes y corrientes. Sin embargo, la debilidad de la película radica principalmente en este punto, pues se trata de una película muy resuelta, que pretende un final concluyente para una historia que desde el principio está desencajada.

Se trata de un padre que intenta negar su paternidad durante toda la película, pero que, a la vez, pretende apoyar y modificar algunas conductas de este hijo rebelde que recién ha descubierto. Paralelamente, se cuenta la historia de un adolescente con serios problemas de personalidad, adicción a las drogas y dificultades para relacionarse con adultos de una manera distinta a la sexual. Sin embargo, este conflicto adolescente y real pasa a un segundo plano, y se insiste en la historia del padre y el hijo que se reencuentran, sin conocerse finalmente. La película pudo haber profundizado un poco más en ciertos conflictos que sólo se atisbaron, sin embargo el director Dunkan Trucker declara que hubo mucho cuidado en que la película no fuera demasiado subversiva para la cultura americana. Se entiende, de esta manera, que mucho temas hayan quedado abiertos y que el final haya pretendido mostrar la felicidad compleja de una típica familia norteamericana.

Fabiola Garay